domingo, 26 de junio de 2011

Antes de llegar a San Marcos La Laguna...


San Marcos La Laguna, "la tierra del jocote", se encuentra en la parte sur-occidental del departamento de Sololá en la orilla nor-occidental del lago de Atitlán. Parte sur-occidental… orilla nor-occidental… jijiji, ¿ya se perdieron? No está muy lejos de la cabecera departamental, Sololá, un poquito menos de 50 km. Es un municipio chiquitillo, de solo 12 km2 pero cuenta con un montón de nacimientos de agua como Tzanucuy, Chui Abaj, Pacuha y Paquisis. Estos abastecen también los municipios de San Pablo y San Pedro La Laguna, así que ya podemos tener una idea de las fuentes de… futura conflictividad con la vecindad. Esta el Lago de Atitlán también pero si no quieren nietos que se parezcan a ET, mejor no tomar de esa agua, digo yo. Sus habitantes hablan kaqchikel…

- A ver, alguien pide la palabra:
- Perdone, Doctor (¿cuantas veces les dije no llamarme Doctor? que suena feudal), pero dijo usted el otro día que Xecujil quiere decir “abajo en la orilla del lago” en… tzutujil.
- Qué bien, que bien, por lo menos hay uno que se interesa… La cuestión es que los Marquenses no son originarios de donde viven actualmente... Su historia tuvo mucho que ver con la necesidad de encontrar un lugar seguro, donde no les molestaría las fieras, la gente desagradable o las inundaciones.


Según lo que dice la gente, la tradición oral pues, sus antepasados son de Pakip, cerca de San Jerónimo Patulul en la Boca-costa al sur de Santiago Atitlán, y tuvieron que abandonar la región a causa de los tigres y leones que abundaban en esa zona. Pasaron casi tres siglos antes de que se instalen donde se encuentra hoy San Marcos La Laguna. El primer intento para reasentarse fue en la orilla del Lago, donde está actualmente la aldea Cerro de Oro, pero les echaron los Atitecos.

Entonces, los ex Pakipenses se pasaron a la otra orilla del lago (la occidental… ¿si?) donde el alcalde de Patzununá (San Pedro La Laguna) los contrató para sembrar milpa. Con ellos se juntaron otros jornaleros de Sololá, también de idioma kaqchikel, y de ahí se fueron todos al barranco Payan Chicol (Jaibalito), parte de la encomienda de Sancho de Barahona, compañero de Don Quijote de la… perdón, de Pedro de Alvarado, el simpático conquistador de apodo “el Carnicero” de quien pueden admirar un esplendido retrate en la oficina del alcalde de la capital.


Cuando Pedro Núñez de Barahona, nieto de Sancho, herede la encomienda en 1623, aparece entre los pueblos del registro un pequeño pueblo de apenas 150 habitantes llamado San Marcos Paquip, fundado en 1584 por (que sorpresa…) un franciscano, Fray Juan Mendoza. Es que en esos tiempos, una misa creaba un pueblo ¿me entienden? A principios del siglo XVIII, pasa a llamarse San Marcos La Laguna. Le quitaron el “Paquip”, sonaba mucho a ingles.

Si conocen o van a Jaibalito, imagínense que el pueblo estaba en una de esas barrancas que desembocan en el lago. Así que nada sorprendente que el pueblito fuera destruido varias veces por la fuerza de las aguas cayendo de la montaña: en 1688, en 1702 y luego en 1724. Después del desastre de 1702, el alcalde mayor de Sololá obtuvo el permiso de la Real Audiencia para trasladar el pueblo a otro sitio. Los pobladores se instalaron en Uacujil (Santa Cruz La Laguna) en 1725. Un año después ocurrió un deslinde de tierras.


Ya no aguantando más esas chorradas de agua y lodo, y que de hecho solo quedo la iglesia después de la de 1849 (por ser construcción nueva ¿ok?), nuestros migrantes perpetúales se rerereasentaron donde viven hoy día, en el Llano de Chinimayá, o más bien, dos precauciones valen más que una, en las lomas de Chirijuyú y Xenimabaj.


Claro, si usted quiere subir hasta las últimas casas del pueblo, suerte… Dicho de paso, conozco una señora que vive ahí, muy arriba. Y trabaja abajo: “Mucho caminar, dice ella, pero antes de que me ahogue, pasara mucha agua debajo de mi cama.”


No hay comentarios: