Con el fin de ayudar en la preservación del lago de Atitlán, las organizaciones no gubernamentales, el sector estatal y la iniciativa privada unieron esfuerzos para hacer posible la siembra de tul en una extensión de 1.5 kilómetros de la rivera del mencionado lugar.
La repoblación de tul es una alternativa natural para tratar las aguas servidas de los municipios del lugar y dicha planta puede ser utilizada artesanalmente por la población explica Gerardo País, Sub Secretario Ejecutivo, del Consejo Nacional De Áreas Protegidas (CONAP).
Durante su visita a Guatemala la doctora Eliska Rejmankova, catedrática titular de estudios ambientales en la universidad de California, Estados Unidos, aclaro que el único mecanismo para revertir la aparición de la cianobacteria es deteniendo o disminuyendo el ingreso al lago de nutrientes que contengan fosforo, por lo que recomendó la siembra de tul, sauce y otras especies.
Y según explico la asociación civil Chajil Chùpup, que significa “guardián del tul”, la referida planta ayuda a oxigenar el agua y forma una barrera natural que impide que sedimentos de la tierra vayan directamente al lago.
Además es el hábitat para muchas aves, peces, crustáceos e insectos, a los que brinda comida y protege del frio, el viento y los depredadores.
(Muchas gracias al CONAP por la informacion)
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