martes, 20 de abril de 2010

Planteamiento para un jardin ecologico en Xecujil

Tradicionalmente, el jardín siempre se consideró como un espacio cerrado en el que crear una fantasía exótica, muy alejada de lo que realmente ocurría más allá de sus límites (y sostenida mediante un trabajo constante de cultivo, riego y fumigación). Inspirados por las grandes villas históricas y sus jardines, hemos optado por realizar una versión a escala de ellos en lugar de centrarnos en un tratamiento rural, más natural, en el que el jardín brota de la tierra que lo rodea para formar parte de su entorno.

Fotografía 1 (fuente E.T. 2010). Vista natural del tul con un primer plano de aves en reposo.

¿Es necesario que el jardinero tenga que “luchar” contra la naturaleza de este modo? Yo creo que no, ya que existe un nuevo enfoque por el que podemos apoyarnos. En lugar de basar nuestros valores estéticos únicamente en el color y en el artificio, podemos redescubrir la elegancia natural de nuestras plantas autóctonas; podemos aceptar que nuestros jardines deberían formar parte del entorno, con su propio clima, suelo, flora, fauna y tradiciones culturales, y diseñarlos teniendo en cuenta todos estos elementos. Si podemos celebrar de este modo los diferentes y distintivos aspectos positivos de nuestro campo, no seguiremos destruyendo su identidad regional única.

Este concepto de jardinería no se basa en una noción sentimental de la naturaleza. Se desprende de un deseo de hacer algo práctico para mantener nuestros casi desaparecidos hábitats. Si se utilizan materiales locales para las estructuras del jardín y se introducen plantas autóctonas (a ser posible, agrupadas como lo harían en la naturaleza) se percibirá un nuevo significado de la belleza: un jardín “orgánico”, global y armonioso. Al observar y aprender de la naturaleza, podemos favorecer una mayor diversidad de vida silvestre con el fin de garantizar un equilibrio medioambiental mucho más sano.

Fotografía 2 (fuente E.T. 2010), insecto visitante en un tronco el Poc, San Juan la Laguna

Esto no significa que tengamos que dejar que la naturaleza se apodere de nuestro jardín. Cuanto más natural sea el enfoque, más contundente debe ser el diseño básico; de lo contrario, el jardín puede acabar por convertirse en un caos. El objetivo debe ser el de conseguir una sintonía con la naturaleza en lugar de intentar conquistarla y modelarla. Esto tampoco significa que el camino natural sea necesariamente más fácil en lo que respecta a los cuidados de un jardín porque el mantenimiento es tan necesario para las plantaciones naturales como para las formales.

Términos como biodiversidad, abono natural, control biológico o manejo integrado de plagas conviven en la idea de jardín ecológico. Una corriente que cada vez tiene más éxito y que consiste en aprovechar la tendencia de la propia naturaleza para lograr que nuestro jardín sea un espacio en el que puedan convivir las especies en perfecta armonía logrando construir un ECOSISTEMA. Todo ello sin recurrir a elementos químicos que destrozan el suelo y la biodiversidad.

Para lograrlo solo debemos reciclar los elementos naturales y hacer uso de los productos biológicos que nos permitan destruir los organismos nocivos, sin recurrir a pesticidas o elementos químicos. Así, valiéndonos de la propia naturaleza, podemos generar una zona verde en la que todas las especies de plantas crezcan en armonía.

Fotografía 5 (fuente E.T. 2010), Abeja en flor de árbol de achiote en el Poc, San Juan la Laguna


DEBEMOS TOMAR EN CUENTA LOS SIGUIENTES ASPECTOS:

La biodiversidad del jardín: utilizar buenos aliados: En los jardines convencionales lo más habitual es la preponderancia de una o pocas especies. Al reducir la biodiversidad a esos extremos se desestabiliza el ecosistema y resulta más fácil que insectos que estaban en equilibrio con sus enemigos naturales se transformen en plagas. A falta de mecanismos naturales de control, recurrimos a pesticidas, contaminando y dañando todavía más el sistema.

Fotografía 7 (fuente E.T. 2010), Animales que se utilizan para el control de plagas y que forman parte del ecosistema

Pero hay algunos aliados que nos pueden ayudar mucho. La combinación de algunos cultivos evita la aparición de plagas y enfermedades. Por eso se recomienda emplear hierbas aromáticas como lavanda, romero, salvia, ruda, menta, albahaca, estragón y tomillo para rodear el perímetro donde se encuentran las plantas.

Manejo integrado de las plagas: insectos que también ayudan: Por miedo a que destruyan nuestras plantas, tratamos de eliminar a cualquier insecto que vemos en el jardín. Sin embargo, muchos de ellos son útiles porque se alimentan de otros más pequeños que sí pueden resultar perjudiciales. Esas son, precisamente, las especies que hay que preservar. Los ciempiés, por ejemplo, se alimentan de varios tipos de plagas que viven en el suelo.

Los pesticidas controlan las plagas, pero también a sus enemigos naturales, con lo que se destruye el equilibrio natural. Como la plaga nunca es eliminada en su totalidad, se provocan fuertes rebrotes dada la escasez de enemigos naturales, obligándonos a una continua dependencia de elementos de control artificiales.

Fotografía 8 (fuente E.T. 2010), Insectos que se utilizan para el control de plagas y que forman parte del ecosistema

Comprender el suelo: Un suelo sano produce plantas sanas, resistentes y productivas. La comunidad de organismos que viven en él (bacterias, hongos, algas, lombrices, etc.) juega un importante papel en su buen estado. De esta forma, cuidándolos a ellos, nuestro suelo disfrutará de la salud necesaria.

Abono natural: olvidarnos de los productos químicos: Como lo tenemos proyectado al utilizar los restos eliminados por las plantas, junto con todos los residuos vegetales de cocina y jardín, reciclados para producir compost, constituyen el mejor alimento para el suelo. Además, es una buena manera de producir menos basura orgánica, reducir las necesidades de fertilizantes y agua de riego y ayudarnos a cuidar nuestros recursos naturales.

Utilizar plantas autóctonas que nos brinden algún provecho: por ejemplo si queremos la visita de aves: debemos plantar árboles o arbustos que les brinden comida, como el jocote, níspero, guayaba, etc. Si queremos la visita de insectos: sembraremos flores que por su polen o néctar atraigan a los insectos. Debemos pensar también el uso de las plantas para los inquilinos: plantas aromáticas o comestibles: como el orégano, albahaca, menta, sábila, etc.

Fotografía 9 (fuente E.T. 2010), Plantas comestibles


Plantas depuradoras: Y por último no debemos olvidarnos de planas que depuren las aguas grises y puedan convertirlas en energía al producir frutos, flores, hojas, etc.

(agradecemos al Arq. Edwin Tobías Muñoz por esa inspiracion y consejos)

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