domingo, 7 de marzo de 2010

Sra. Cajera, regáleme una bolsa…

Las primeras bolsas de plástico para sándwiches fueron introducidas en 1957. Las tiendas de departamentos comenzaron a usar bolsas de plástico a fines de la década de 1970, y las cadenas de supermercados las empezaron a usar a inicios de los años ochenta.

Cada año en el mundo se producen aproximadamente entre 500 billones y un trillón de bolsas que se regalan en las tiendas, supermercados y establecimientos comerciales y que se convertirán en basura a los pocos minutos de su uso, ya que nos hemos vuelto dependientes de estas prácticas, pero peligrosas y contaminantes formas de cargar nuestras compras. Como es más económico producir una bolsa nueva que reciclar, menos del 1% se recicla.

Las bolsas plásticas están hechas de polietileno: un termoplástico que se obtiene del petróleo y que se fotodegrada: con el pasar del tiempo se descompone en petropolímeros mas pequeños y tóxicos. Contaminan los suelos y las vías fluviales y pueden entrar a formar parte de la cadena alimenticia.


El efecto sobre la vida silvestre es catastrófico: las aves quedan atrapadas sin esperanza; cerca de 200 diferentes especies de vida marina, incluyendo ballenas, delfines, focas y tortugas mueren anualmente a causa de las bolsas plásticas después de ingerir confundiéndolas con comida.

Sin embargo, ¿a quién le importa el destino de las bolsas plásticas?, sobre todo en una sociedad de consumo y en una subcultura ambiental en que nadie se detiene a pensar en el daño que indirectamente le causa al medio ambiente cada vez que sale de un centro comercial portando consigo esa clase de recipientes plásticos que, al llegar a su casa, los destina temporalmente para guardar o envolver algún objeto, pero a la larga va dar al depósito de la basura, si no es que se las bota en la calle y que la mayoría de estas van a nuestros ríos, lagos, mares y océanos del mundo a través de los desagües y cañadas y con suerte en inmensos depósitos de desechos, donde para degradarse deberán esperar quinientos años o más para desaparecer, mientras en medio de su proceso de descomposición contaminan el suelo no sólo visualmente sino también químicamente.

Alrededor de 100.000 animales marinos como pingüinos, ballenas, tortugas, focas, peces, marsopas, aves marinas y delfines mueren cada año debido a la ingesta de bolsas plásticas que se han convertido en basura y que llenan mares y océanos y lo peor es que una vez que su víctima ha muerto y se descompone, la bolsa plástica no se degrada y vuelve a ser un elemento mortal para otros animales.


Una botella de plástico puede tener una vida de 450 años y sus miles de fragmentos milimétricos no biodegradables, muy resistentes y estables, son una amenaza para estos animales que suelen confundirlos con la comida.

El 20% de la basura recogida de las playas son bolsas plásticas junto con envases de licor, sodas, cervezas y otras latas; es decir que además de provocar la muerte a muchas especies se han convertido en basura que contamina el paisaje y se acumula en playas de todo el mundo, gracias a las personas que las botan sin ninguna consideración ni cuidado.

La norteamericana Academia Nacional de Ciencias de EEUU realizó un estudio al respecto, habiendo llegado a determinar que las embarcaciones transoceánicas arrojaban en conjunto 4 millones de kilos de plástico al mar, y esa es la razón por la cual los vertederos de basura del mundo están saturados de bolsas plásticas; en tanto que miles de ellas son arrastradas hacia distintos lugares de la Tierra. Se han encontrado bolsas plásticas flotando en el Norte del Círculo Ártico y en las Islas Malvinas

En China una de las principales preocupaciones es la basura, las bolsas de plástico que vuelan por las calles son llamadas “contaminación blanca”. Que ahorrará 37 millones de barriles de petróleo cada año gracias a la prohibición de bolsas plásticas gratuitas En Sudáfrica, las bolsas son tan notorias en el campo que se han ganado el despreciativo título de “flores nacionales” porque rotas y enredadas en los arbustos nos anuncian que nos estamos aproximando a una ciudad, o a las que vemos salir flotando desde la ventana de un carro.

Algunos países han decidido que si alguien quiere su bolsa en la bodega, que le cueste unos centavos. Otros ponen impuestos a las bolsas plásticas. Otros las prohíben, sustituyéndolas por bolsas biodegradables.


Y vos ¿que puedes hacer?

Si usamos una bolsa de tela, podemos ahorrar 6 bolsas por semana, 24 bolsas al mes, 288 bolsas al año, 22.176 bolsas durante una vida promedio. Si solo 1 de cada 5 personas en nuestro país hiciera esto, ahorraríamos 1.330.560.000.000 de bolsas durante nuestras vidas.

Utilizar bolsas retornables no plásticas es otra manera para colaborar y frenar la contaminación y mejorar el estado del planeta.


Otra posibilidad es tener cuidado en la forma que nos deshacemos de ellas, no las botes en el campo o la playa, intenta depositarlas en lugares habilitados para dejar basura.

Otra forma muy útil es reciclándolas Las bolsas que traes de la compra utilízalas para depositar tu basura en vez de comprar más bolsas plásticas para poner tu basura dentro.

Y por último eduquemos a nuestros hijos en la importancia que tiene el cuidado de nuestro medio ambiente y del daño que estamos haciendo.

Si tomamos estas pequeñas medidas a nuestro alcance, que no suponen un gran esfuerzo y sumadas entre todos pueden evitar un enorme daño a nuestra madre tierra y a quienes vivimos en ella.

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